
Guadalajara, Jalisco.- De la mano de un encendido Omar Bravo, el Chivas del Guadalajara goleó por 4-0 al Hidrorrayos del Necaxa, dentro del torneo Apertura 2006.
En temporadas pasadas, los de Aguascalientes se habían convertido en verdugos de los tapatíos, pero esta vez el Rebaño Sagrado cobró venganza.
Aquí está una nueva edición del duelo entre rojiblancos, y los dos rivales llegaron con circunstancias muy distintas.
Mientras el Necaxa había ligado juegos seguidos sin derrotas, hacía un rato que el Guadalajara no sumaba un triunfo, y esperaba volver a sonreír en casa.
Tal y como se esperaba, el cuadro visitante no hizo muchos méritos para brindar un juego abierto y espectacular, lo que derivó en que el Rebaño Sagrado se volcara al frente.
Y todo parecía indicar que el Hidrorrayos le apostaría otra vez a encerrarse y tener en el brasileño Kléber Boas a su único ‘caballito de batalla’ que pudiera dirigirlo a ganar.
Pero ahora sí la suerte le sonrió al Chivas. Al minuto 26, Omar Bravo se adelantó a sus marcadores y con rápido movimiento de cabeza puso el 1-0.
El tanto de Bravo abrió el camino a la victoria para los tapatíos, que mantuvieron su fiero dominio, pues la desventaja obligaba al Necaxa a abrirse un poco más y eso para este equipo es fatal.
Y así fue. Al 37, Alberto Medina sacó un misil desde fuera del área para vencer al portero Iván Vázquez Mellado. La nueva anotación en contra hizo que la situación para los visitantes se pusiera cada vez más en color hormiga.
Para la segunda parte casi nada cambió. El Chivas estuvo en lo suyo. Sitió otra vez el arco necaxista y atacó sin piedad, al tiempo que desestimaron a los atacantes rivales, Kléber incluido.
Y no era para menos. Kléber quedó prácticamente marginado y la ofensiva hidrocálida fue completamente inoperante, una auténtica caricatura mediocre del ataque fiero que había mostrado en semanas anteriores.
Guadalajara sentenció el triunfo al 68. Justamente Omar Bravo, con un nuevo remate con la cabeza que venció a Vázquez Mellado, definió la victoria.
Y todavía el Chivas tuvo una última opción de redondear una noche casi perfecta. El novato Javier Hernández “El Chicharito” al 88, con una serie de quiebres se quitó a dos rivales y al guardameta para poner el último clavo al ataúd del Necaxa.